Mi viaje cultural #17
Boletín informativo para descubrir contenido interesante sin esfuerzo
Aquí están las cinco capturas de esta semana que merece la pena revisar:
Películas:
Gilda. Charles Vidor. En Filmin. La volví a ver porque mi amiga, Equis, la comenta en el primer podcast de cine. Lo podéis escuchar y juzgar por vosotros mismos si merece la pena. Ella tiene su sección sobre las mujeres fatales, y Gilda, ha sido su primera elección. Gilda forma parte de esas divinidades que permanecen y permanecerán en un Olimpo. La película está producida por tres mujeres a pesar de haber sido considera presuntamente misógina.
De mis palabras favoritas en la película.
— Me odias, ¿verdad?
— No puedes imaginarte hasta qué punto.
— El odio es un sentimiento muy excitante. ¿No te has dado cuenta? Muy excitante. Yo también te odio, Johnny. Te odio tanto… que creo que voy a morir de odio. Cariño… Creo que voy a morir de odio.
Libros:
Escarcha. Ernesto Pérez Zúñiga. Disfruté de esta novela, compleja, pero apasionante para preparar la charla con Ernesto que publiqué el viernes pasado. La novela gira en torno a Monte, un chaval con el que recorremos todos los avatares que va encontrando en su vida. Vamos de la mano y sin darnos cuenta terminamos por vivir su vida, la vida de repuesto que nos ofrece el autor. Aprendemos, nos emocionamos y disfrutamos de cada pequeño acontecimiento. Me gustó, la disfruté, y creo que la volvería a releer. La novela está publicada por Galaxia Gutenberg. Me gustaría destacar unas palabras que calaron en mí. Os lo comparto.
Erradicar el miedo del corazón es el primer deber para poder vivir. Aunque el miedo se abraza al corazón de uno, con tal fuerza que no hay diferencia entre la carne del corazón y el propio miedo. Una vez que hayas conseguido esto, debes aprender a dudar, dudar de todo lo que has aprendido, dudar de todo lo que has heredado, también de las canciones, dudar o sospechar del origen de cada uno de tus actos, sobre todo si hablamos de guerra o de simplemente dañar a otros, pero en general de todos los actos que nazcan de una pasión política, amorosa, cualquiera. De una pasión o de una canción. Y cuando hayas conseguido interrogarlo todo, es el momento de buscar cuál es tu verdadero destino, el que vive en ti y solamente tú sabes. Quizá tú consigas conocer cuál es. Yo, después de todo, creo que mi destino ha consistido en aquello que tanto repetía tu padre: «Al final solo te examinarán de amor». Poner lo mejor de uno en otro, eso es amar para mí.
Escala. Poesía. Ernesto Pérez Zúñiga. Además de la novela, Escarcha, también pude leer el poemario de Ernesto, Escala, que ha publicado Sonámbulos Ediciones. Os comparto un poema corto, pero intenso.
Mensaje en el corazón de una botella.
Quise hoy comparecer ante mí mismo. No hubo juicio Llegué solo. Era nadie. Estuve solo allí.
Pinturas:
La Armonía (¿Las tres Gracias)? Hand Baldung Grien. Regreso con el mismo autor de la semana pasada. Si ayer fueron las muertes, hoy bailamos con la más guapa, la belleza. Lo mismo, con tres personajes, personas, que evitan cruzarse con nuestra mirada, el escrutinio. Porque en el paraíso se vivía mejor, con la música de inestimable compañera, y con la tentación, como siempre, asomándose por la ventana. Me genera una gran sensibilidad. La podéis encontrar en las paredes del Museo del Prado. Os la dejo.
Combate de mujeres. José de Ribera. Museo del Prado. Sucediera o no sucediera, sentí que tenía una fuerte inspiración romana, por aquello de las gladiadoras, pero, menos evidente, me recordó a una escena taurina si empleamos nuestra imaginación. Está en el Prado y os la dejo en este boletín digital.
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Alexis Piquer